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ESTÁN LISTAS LAS FINTECH PARA LA REGULACIÓN?

ESTÁN LISTAS LAS FINTECH PARA LA REGULACIÓN? Las disposiciones adicionales de La Ley N° 1543 que aprobó las modificaciones al Presupuesto General del Estado – Gestión 2023, modifican la Ley N° 393 de Servicios Financieros, incluyendo el parágrafo IV al Artículo 19 (Autorización De Actividades y Servicios Financieros) estableciendo que el Órgano Ejecutivo mediante Decreto Supremo reglamentará la constitución y funcionamiento de empresas especializadas en la prestación de servicios con innovación tecnológica en el ámbito de servicios financieros, mercado de valores y seguros, que se denominarán Empresas de Tecnología Financiera – ETF. Lo que para la regulación boliviana es una ETF, en el mundo de las empresas de innovación tecnológica, se conoce como FINTECH (Finance and Technology), son empresas que utilizan la tecnología para mejorar o automatizar los servicios y procesos financieros; desde la banca móvil hasta las empresas de seguros, la tecnología financiera tiende a innovar los servicios financieros y se ha convertido en un ecosistema en crecimiento exponencial. Según el Mapeo TIC Bolivia 2023, el segmento FINTECH ha crecido significativamente en comparación con los años anteriores, en los que las startups que predominaban eran esencialmente del sector E-Commerce y Market Place. Actualmente, dentro del ecosistema, se han identificado 12 empresas en el segmento FINTECH, enfocadas en la prestación de soluciones de préstamo y en servicios de pagos y transferencias electrónicas de fondos; estos modelos de negocio, en algunos casos cuentan con la colaboración de entidades de intermediación financiera facilitando el acceso a mecanismos operativos y regulados. Los legisladores bolivianos, se enfrentan con el reto de reglamentar las actividades de un sector en funcionamiento. El control que el Estado quiere ejercer sobre las FINTECH, no sólo debe considerar un interés público puro y simple, la norma precisa promover la creación de este tipo de empresas e impulsar el crecimiento de las que existen sin restarle el dinamismo que las caracteriza, adaptando la regulación a una realidad tecnológica de avanzada, que añada valor, simplifique, eficiente y democratice los servicios financieros. No obstante, respecto a las FINTECH de la vertical préstamos, el episodio de sobreendeudamiento experimentado en el sector de las microfinanzas entre 1998 y 2001 deberá ser el referente para mantener un sistema financiero estable con regulación de tecnologías de financiamiento responsables y expertas que aporten con la inclusión financiera en el país. La interacción con los distintos actores del ecosistema FINTECH, iniciará una relación entre el Estado y las FINTECH que beneficiará a los consumidores financieros quienes tendrán la certeza de un segmento bajo el lente del regulador y las FINTECH por su parte tendrán las condiciones marcadas y la seguridad jurídica para el desarrollo de su modelo de negocio. Finalmente, este abordaje fuera de los esquemas tradicionalistas tendrá como resultados una adaptabilidad realista, que anime la sostenibilidad y escalabilidad del sector FINTECH, promoviendo de esta forma su fortalecimiento e impactando positivamente en la economía boliviana como fuente generadora de empleos. Carolina Martínez Zambrana CLO Reclama.bo

La participación de las mujeres en el microcrédito

Con el transcurso de los años el paradigma original del microcrédito fue transformándose y empezó a hablarse de las microfinanzas que integraban además productos de ahorro, seguros y otros servicios no financieros. Esto mejoró significativamente la oferta de las entidades microfinancieras, que enfrentaban tanto una saturación causada por la sobreoferta como la exigencia de mejores condiciones por parte de los deudores y las deudoras. En la década de los ochenta, Bolivia se encontraba inmersa en una coyuntura social y económica compleja. Fue en este contexto que los microcréditos, bajo esquemas innovadores de garantías y tecnologías de crédito adaptadas a la realidad y necesidades de las personas, desempeñaron un papel crucial al proporcionar un alivio financiero a aquellos segmentos que históricamente habían sido marginados de los servicios bancarios convencionales, entre los que se encontraban las mujeres. Las entidades microfinancieras que tenían un enfoque particular en las mujeres implementaron esta integración de servicios adicionales al crédito con el objetivo de fortalecer el autocuidado de las mujeres y promover la educación financiera. Se comprendió que no bastaba con otorgar recursos a las mujeres para empoderarlas y mejorar su bienestar social; también era necesario abordar las limitaciones relacionadas con el género. Este proceso llevó a que los microcréditos, impulsados principalmente por las Instituciones Financieras de Desarrollo (IFD), lideraran la cartera de créditos con un 30.6% del total. Sin embargo, a diciembre de 2022, la brecha de acceso entre hombres y mujeres en el microcrédito superó el 29%, lo que significa que la titularidad de estas operaciones sigue siendo predominantemente masculina, con una participación superior al 60%. Además, es importante destacar que durante los últimos treinta años, las mujeres han permanecido en el ámbito del microcrédito sin avanzar hacia los créditos para Pequeñas y Medianas Empresas (Pyme) y mucho menos hacia los créditos empresariales. En estos últimos segmentos, las brechas de acceso entre hombres y mujeres son asombrosamente amplias, alcanzando un 84% y un 99% respectivamente. Esto pone de manifiesto que las mujeres continúan rezagadas del sistema financiero. Frente a este escenario, es importante cambiar los esquemas e integrar la innovación de nuevas tecnologías fintech que superen los sesgos de género y permitan que más mujeres accedan a servicios financieros para el impulso de sus iniciativas económicas. Tatiana Flores Arismendi CEO – Confirming

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